Existen destrezas mentales que se pueden mejorar con el entrenamiento adecuado e inciden en el rendimiento deportivo.
Deportivas, como la voluntad, la ambición y la competitivad.
Intelectuales, como la concentración, la precisión, el trabajo en equipo y la estrategia.
Emocionales, como la motivación, la superación, la autoestima, la disciplina, la tolerancia a la frustración y la adaptación a imprevistos.
La ciencia, la tecnología y el deporte se han
aliado para optimizar el equipamiento, las instalaciones y las técnicas. Hemos presenciado grandes avances en la nutrición, la medicina deportiva y la fisioterapia. ¿Cuánto más se puede mejorar lo físico?
Deportistas y entrenadores coinciden en que
el potencial de mejora está en el entrenamiento de las capacidades
mentales. La ciencia vuelve a tomar el testigo y trae buenas
noticias: te queda mucho por mejorar.
¿Qué haces para no agachar la cabeza ante la presión de un campeonato?, ¿por qué equipos de menos presupuesto logran competir en igualdad de condiciones ante los grandes?